28.3.05

Trascendencia

Se supone que uno llega a cierta edad en la que se preocupa de trascender, palabra que proviene de "transcender" (del latín transcendere) que en el diccionario RAE tiene 7 acepciones, pero me quedo con la más simple "Estar o ir más allá de algo"... como decía, en la teoría psicológica (y lógica, por qué no), se llega a la edad media de la vida donde uno piensa en profundidad sobre la trascendencia de sus actos, en el legado que va a dejar y como hacer para logralo si aún no lo ha hecho.

"Estar más allá de este mundo", "ir más allá de lo normado por la sociedad", "salir de los cánones establecidos", "destacar de la media" o "dejar una huella en un grupo de personas"... "trascender", como se dice en una palabra, es lo que me convoca a un reflexión que no es menor y difícil de tratar en unas cuantas líneas, por lo cual esbozaré parte del dilema que me dio vueltas momentáneamente, si bien volveré a caer en ello cuando sea el momento (edad media), eso creo.

La cuestión es la siguiente... hoy viendo un programa de TV escuchaba a un doctor (futuro colega, tal vez) que decía que él no quería ser el mejor médico (entiéndase ser bueno, pero no el mejor), pero sí, ser un el mejor marido y el mejor papá... entonces me surgió la problemática a la que debe enfretarse buena parte de la población: uno espera trascender (habitualmente todo ser humano lo desea) y para ello debe hacer algo que, valga la redundancia, trascienda, para lo cual debe idealmente proponerse llegar a ser el mejor, el "más" (el Magis como diría San Ignacio), sin embargo este médico, por ejemplo, no quería ser el mejor dentro de sus colegas y sobresalir en el ámbito profesional, sino que mantener bien su labor, pero privilegiar su rol paterno en la familia.

Así nos encotramos frente un trascendental padre, pero intrascendental médico (o poco trascendente si se quiere), algunos pensarán "pero cuál es el problema?", la disyuntiva está frente a la trascendencia como fin último o como sentido de la existencia, ya que si uno trasciende se realiza como persona (para mí eso va "en todo amar y servir", pero es cuento aparte). Ahora bien este hombre trascendería en su familia, mas no en el resto de la sociedad, por lo menos no en una forma de realización plena, entonces la duda y mi discernimiento respecto a la trascendencia va en esta dirección: ¿se prefiere trascender en la familia o en toda la sociedad como conjunto? ¿pueden compatibilizarse ambas o son inconciliables?

Veo la Historia y me respondo que la mayoría prefiere la familia y que ambas son incompatibles, excepto contados casos, pues los genios que trascienden a la sociedad generalmente están solos, divorciados, locos, etc. No así los padres (papás y mamás) que abnegadamente se desviven por sus hijos para dejar una huella (positiva) en ellos. Mas creo yo que el deseo de trascendencia social aún queda en el yo o ego interno de c/u y se pretende alcanzar mediante los hijos, pues el producto de nuestro trascender puede realizarse mediante nuestra descendencia o es lo que esperamos que suceda algún día...

Sin embargo, esto último no sucede en muchos casos, pues la mayoría elige la familia y sigue el círculo de la trascendencia o intrascendencia, según se vea...

En definitiva no sé que pensar respecto a esto, quizás pocos se lo cuestionan realmente y queda delegado al subconsciente, tal vez quienes le dan más vueltas se vuelven desquiciados con ciertos brotes de genialidad, como tal vez podría ser un Patch Adams o John Nash ("Una Mente Brillante"), no lo sé, aún no lo vislumbro con tanta seriedad y minuciosidad, será que ahora es sólo una simple duda que habré de resolver después...

Lo que sé es que me gustaría formar una familia, ser el mejor papá, el mejor marido, el mejor en mi trabajo, el mejor hijo, el mejor hermano, etc, etc.

Quiero trascender, como lo haga o que privilegie no lo sé, pero tengo un camino y una filosofía: "en todo amar y servir".


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más filosofía o "paja mental" para algunos en:


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FELIZ PASCUA de RESURRECCIÓN
"Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí no morirá jamás" Jn 11, 1-45